Desde hace ya cierto tiempo los móviles con determinados extras se venden como pan caliente entre los consumidores. Los que más destacan, sorprendentemente, son aquellos con protección al polvo y a los líquido pero, ¿qué hay de cierto en la efectividad de tal protección? ¿Su fracaso se considera en las garantías? Hoy BeMovil te sacamos de la duda.
En el mercado de cualquier tipo de servicio o producto es la diferenciación lo que otorga el éxito de una opción sobre las demás y claro, si bien un teléfono móvil es de uso general , no debemos olvidar que el segmento de éxito de esta industria son los jóvenes entre 14 a 26 años, es decir, principalmente los millenials y las pequeñas generaciones.
Dicho esto, hay que remarcar que son aspectos realmente poco importantes (en relación a un funcionamiento óptimo) los que determinan el triunfo de los modelos. Esto se ha visto claramente reflejado en una sociedad juvenil en la que el compartir actividades e imágenes es vital para tu bienestar en redes sociales. ¿Cuál es, por tanto, el resultado? Que la cámara de los móviles ha tomado una importancia exagerada para sujetos que no requieren de ella para un uso serio y fuera del ocio. De este mismo «postureo» nos encontramos con una tendencia que no es nueva, pero se mantiene al alza: compartir el verano con todo lo que ello conlleva (agua, arena, polvo, humedad).
De aquí se desprendió una idea brillante por parte de algunos fabricantes, pues si los consumidores quieren compartir sus momentos más alegres que suelen estar contextualizados en piscinas o playas, hay que vender móviles que sean resistentes a eso. Casi de manera instantánea esos dispositivos fueron un éxito de ventas que, como siempre, pasaron a ser copiados por los demás fabricantes que también querían su tajada del pastel.
Protección acuática
Sin duda que el uso que envuelve a nuestros dispositivos hace que la protección contra polvo u otro tipo similar de partículas no sea un reclamo de ventas tan atractivo, sin embargo la protección contra el agua es simplemente infalible en este concepto.
El atractivo principal de esta característica es el poder usar el móvil, como ya hemos dicho, en una situación jovial y rodeados de agua, donde parece residir la felicidad o al menos la esencia de las redes sociales en estas fechas. Sin embargo, la protección contra el agua no es una cosa genérica ni mucho menos infalible, pues tiene niveles que se establecen en función a pruebas que miden el aguante de un sellado en concreto antes de que finalmente no pueda mantener el interior del dispositivo a salvo.
Niveles de protección acuática
Los niveles se establecen de 0 a 9 y cada uno tienes sus características:
Nivel 0: obviamente, móviles carentes de cualquier tipo de protección.
Nivel 1: terminales resistentes a gotas constantes hasta 10 minutos (en el mejor de los casos).
Nivel 2: Igual que el nivel 1 con el añadido de protección lateral y no solo frontal.
Nivel 3: Resistencia a la humedad de ambiente y a sprays que puedan activarse directamente sobre el dispositivo.
Nivel 4: Chorros de agua hasta los 10 litros (en el mejor de los casos).
Nivel 5: Chorros de agua hasta 13 litros.
Nivel 6: Chorros de agua hasta 100 litros y durante 3 minutos como mucho.
Nivel 7: Ahora sí que estamos hablando de teléfonos sumergibles, eso sí, no más de 30 minutos y, por supuesto, a no más de un metro de profundidad.
Nivel 8: teléfonos acuáticos cuya resistencia al agua no se mide con ningún parámetro predeterminado, sino que es el fabricante quien los determina siempre y cuando estas nuevas características superen a las establecidas en el nivel 7.
Nivel 9: Estos son los móviles que no tendremos pues están destinados, primordialmente a experimentos científicos de muy alta inmersión superando medidas extremas de presión y temperatura. Las medidas mínimas de resistencia para ser considerado de nivel 9 tienen que ser una inmunidad a al menos ochenta grados centígrados y a ochenta bares de presión.
El agua, sin duda alguna, es el único que elemento que siempre acabará entrando en el teléfono, sin importar el nivel de protección con el que nos lo vendan.
La protección contra el polvo
Algunos dispositivos también contarán con una certificación que promete el impedimento de la entrada de polvo y elementos parecidos que rodeen al dispositivo.
Esta protección también cuenta con unos niveles aunque claro, como el interés en este no es tan mediático como el del agua, su desarrollo se ha quedado estancado en el séptimo nivel estableciéndose, a diferencia del agua que es por tiempo y cantidad de agua, en función del tamaño de los objetos.
Niveles de protección contra el polvo
Nivel 0: ningún tipo de protección o barrera que impida la entrada de partículas.
Nivel 1: elementos de hasta cincuenta milímetros no pueden entrar, siendo comprobado este aislamiento con una esfera.
Nivel 2: una nueva pelota se utiliza aunque, en este caso, es de doce milímetros y medio de diámetro.
Nivel 3: partículas de dos milímetros y medio no son capaces de entrar en el teléfono.
Nivel 4: objetos de un milímetro no pueden ingresar.
Nivel 5: se otorga a aquellos dispositivos en los que la entrada de polvo es tan mínima que no produce ningún tipo de daños ni es posible que se acumulen, lo cual supone una inversión en las piezas del interior del mismo más que de la barrera que impide la entrada del polvo.
Nivel 6: teléfonos herméticos en los que no entra ni el más mínimo ápice de polvo.
Realidad de las protecciones
Si miramos la certificación de los dispositivos desde el punto de vista del fabricante, nos encontramos frente a una colección nada atractiva de gastos que quizás pueden encontrar sentido en subir el precio del terminal lo cual, a su vez, está comprobado que parece a traer más a los consumidores: cuanto más caro, más bueno será, ¿No? Pues no.
Estos gastos para el fabricante se producen porque hay que pagar las pruebas de laboratorio y así poder obtener la certificación, lo cual no es nada barato ni rápido a la vez que, previamente, hay que fabricar los dispositivos con una protección especial, un estanco de tratamiento muy concreto que requieren de un diseño mucho más meticuloso y estudiado que el de un dispositivo que simplemente se diseña y fabrica.
Xiaomi y la puñalada a los otros fabricantes
Es aquí donde el palo lo ha dado Xiaomi que no certifica sus dispositivos y no esconde los motivos, siendo un verdadero golpe al marketing de otros fabricantes que nos venden la falacia de la protección.
Para empezar, el sellado y la certificación de los teléfonos es un proceso muy costoso y carece de garantías en cuanto a la longevidad del mismo. Lei Jun, CEO de la marca nacida en Beijing, declara que los sellados son extremadamente frágiles y que el más mínimo acontecimiento es sobradamente suficiente para romperlo.
Y ojo, no nos encontramos hablando de impactos capaces de romper la pantalla, por ejemplo, sino que un simple contacto en un sellado defectuoso de fábrica, la presión de estar en el bolsillo constantemente, el calor del verano y otros eventos similares son verdugos más que suficientes de un añadido que sólo encarece el dispositivo sin otorgarle una protección real. Si el sello, además, no es lo suficientemente resistente (que no lo es), cualquier otra mella en el dispositivo anulará el poco beneficio que aporta, ya que no olvidemos que este sello es una sustancia que se coloca en las uniones de distintas piezas, por lo que, si por ejemplo se te rompe el cristal que protege la cámara trasera o si las bandejas SIM no cierran bien, no cuentes con esa protección que tanto apetito te dio al momento de comprarlo.
Incluso el mero hecho de sumergir el dispositivo, aunque diga ser sumergible, irá desgastando la protección hasta que se quede en nada.
Conclusiones
Como podemos ver, estas certificaciones son un terreno de lo más interesantes pues los niveles se constatan en pruebas de entorno cerrado, donde las condiciones son constantes y premeditadas en función de los resultados que se estén buscando y que, obviamente, no se reflejarán en nuestro día a día donde las condiciones son más bien aleatorias e impredecibles.
De esta misma manera, lo mejor que puede hacer un fabricante, en términos de honestidad es no certificar sus dispositivos ya que luego si revisamos minuciosamente las excepciones de sus garantías nos encontramos con una de las grandes ironías de este mundo telefónico: los daños por agua no se contemplan.
Es por esto mismo que te aconsejamos evitar comprar dispositivos certificados pues solo te venden un producto encarecido con características prácticamente fantasmas y en el caso de que ya tengas uno con ese extra, ni se te ocurra ponerlo a prueba, pues no deja de ser un truco más para la obsolescencia programada que tanto daño no está haciendo.