El teléfono móvil es un objeto imprescindible en nuestro día a día. Está claro que existen múltiples ventajas en la utilización del teléfono móvil, gracias a él estamos conectados a nuestros seres queridos y también es una fuente de información y entretenimiento inagotable: Redes sociales, mensajería instantánea, emails, juegos… las posibilidades son infinitas. Pero muchos usuarios tienen que comenzar a plantearse si no se estarán convirtiendo en auténticos “móvil-dependientes”, al no poder estar ni un minuto sin su teléfono.
Existen datos del Centro de Estudios Especializados en Trastornos de Ansiedad (CEETA) que muestran que consultamos el móvil una media de 34 veces al día. Por primera vez, se empieza hablar de que las nuevas tecnologías han pasado a formar parte de las denominadas adicciones psicológicas o adicciones sin drogas. De hecho, uso excesivo del móvil puede dar lugar a una adicción que los especialistas llaman nomofobia.
La nomofobia se define como el miedo irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. El término se ha sacado de una expresión inglesa «no-mobile-phone phobia». ¿Te sucede a ti?
¿Cómo podemos saber si somos o no adictos?
La nomofobia suele acompañarse de síntomas tales como estrés, irritabilidad, cansancio, alteraciones del sueño y alteraciones emocionales, inestabilidad, agresividad y dificultades de concentración (síntomas típicos de los trastornos de ansiedad). Otros síntomas asociados son la hipervigilancia, inquietud o temor a estar desconectado y aislado. Es muy habitual que las personas que tienen nomofobia expresan que su teléfono es su vida, que lo es todo, y les da la sensación sobre todo de sentirse acompañado.
Y, si quieres estar más seguro aún, hay una serie de preguntas muy sencillas que según la respuesta que demos a la gran mayoría, pueden hacer que nos planteemos pedir ayuda de forma inmediata.
Este test, que se presenta a continuación, es muy sencillo y rápido de hacer:
6 Preguntas para detectar la adicción al móvil
- Valorar nuestra factura ¿Me gasto al mes más de 25-30 euros?
- Cambio de actitud: ¿Al hablar a través del móvil me comporto de una forma distinta a cuando estoy cara a cara, por ejemplo, ya no me siento tan tímido/a?
- Llevar el móvil a todos los sitios : ¿el móvil siempre va conmigo? durante la comida, en el instituto, en el cine…
- Usar el teléfono para comunicarte con los amigos o la familia ¿estoy todo el tiempo pendiente del móvil, aunque esté con ellos?
- Cambios en los hábitos del sueño: ¿a veces me despierto por la noche y, además de ir al baño o beber agua, hecho un vistazo al móvil para ver si he recibido algún sms o tengo alguna llamada perdida? ¿Estoy hasta altas horas de la noche interactuando con el móvil y duermo menos horas?
- Me pongo nervioso/a cuando no tengo el móvil: ¿te sientes nervioso o angustiado cuando no tienes el móvil cerca o se ha apagado porque ya no tengo batería?
Si has contestado SI a la mayoría de las preguntas, debes comenzar a preocuparte, y entonces…
¿Cómo evitarlo?
Lo mejor para atajar este problema es aprender a controlarse, librarse del móvil de manera gradual, afrontar de forma aislada las sensaciones y pensamientos negativos derivados de este padecimiento como pueden ser las crisis de pánico o ansiedad.
Para prevenir este problema es aconsejable establecer horarios para llevar a cabo un uso correcto de las tecnologías. Hay que separar los momentos del día. La noche es para dormir y, por lo tanto, el móvil debe de estar apagado; del mismo modo, el almuerzo es para comer y no para estar con el móvil.
Si el problema ha llegado a un punto incontrolable, es mejor acudir a un psicólogo. Todo sea para que nosotros dominemos el móvil y no el móvil a nosotros.