Como es evidente ya en nuestros días, son las tendencias de moda las que dictan cómo se diseñan los productos de consumo, ¿o es más bien al revés? Al final de cuentas da igual. Desde hace algún tiempo nos encontramos con una amplia gama de innovaciones en los dispositivos móviles que generalmente pueden pasar desapercibidos o llegan como un simple experimento que acaba siendo una seña distintiva de la marca que los fabrica.
Es aquí donde nos encontramos, por ejemplo, con la rompedora moda creada por Samsung con sus cristales curvos, o la relación de aspecto tan demandada a todas las marcas. Si queremos precisar aún más podemos hablar de la obsesión de los compradores por tener siempre una resolución concreta.
Si nos fijamos con atención a los 3 ejemplos mencionados anteriormente, podemos ver un elemento común: la pantalla. Es aquí donde se introduce la que aparenta ser la nueva moda, las pantallas sin marcos.
Por qué sin marcos
El panel visual de los teléfonos móviles es sin duda el elemento más importante del dispositivo por lo que también es el más llamativo. Es por ello que las mayores innovaciones se realizan en esta pieza. Asistimos a una época en la que los dispositivos, por ejemplo, reciben una clara modernización en sus sistemas operativos y en sus núcleos de procesamiento, sin embargo, el desarrollo de nuevos tipos de pantallas es un proceso mucho más lento que no es capaz de seguirle el ritmo al resto de partes del dispositivo que se ven renovadas anualmente y sin ningún tipo de problemas.
Esto fuerza a los fabricantes a innovar de maneras más creativas porque la calidad de los procesadores o el mero sistema operativo del aparato no es algo realmente llamativo desde un escaparate. El efecto de atracción lo tienen que ejercer apartados como los colores, el tamaño o la propia forma del aparato. Es por ello que los modelos «Edge» de Samsung han supuesto todo un bombazo en ventas cuando sólo es una pantalla curvada por los bordes a grandes rasgos.
El aburrimiento de la moda
Pero claro, las pantallas «Edge» llevan ya un tiempo en el mercado y si bien a las personas les siguen pareciendo de lo más llamativas, no podemos olvidar que las tendencias no son más que ondas pasajeras de popularidad que van perdiendo su poder y atractivo mientras más repetitivas se hagan su presencias.
Es ante esta realidad que los departamentos de marketing echan humos buscando el nuevo objeto digno de idolatría por parte de los consumidores antes de que pase la moda vigente. De hecho, podemos ver que cuando una moda empieza a decaer es el momento en el que la competencia o incluso el mismo creador de la moda publica su nueva idea en aras de hacer desaparecer una idea en decadencia y potenciar una nueva cuyo atractivo principal es ser la novedad.
El varapalo de Sharp
Es quizás por este motivo que la marca Sharp no triunfó en 2014 con sus modelos Aquos Crystal y Aquos Crystal X. Se pueden considerar a estos dos modelos como los padres de la siguiente generación de pantallas que nos espera en el mercado. El problema, desde un punto de vista estratégico, fue que su introducción en el mercado no obtuvo la repercusión esperada al coincidir con el lanzamiento de nuevos modelos de las marcas más importantes. Y así es como el primer móvil con una pantalla sin marcos acabó en el olvido y con montones de unidades sin vender.
Tal fue el error operativo de la introducción de esta novedosa idea que la concepción de una pantalla sin marcos se borró de la mente del cliente con el fortalecimiento de los modelos «Edge» o los llamativos acabados de iPhone.
El acierto de Xiaomi
No es hasta unos 3 años después, cuando Xiaomi lanzó su poderoso Mi Mix, que la idea sacudió las mentes de los consumidores. Como hemos dicho, nos encontramos en el reinado de las pantallas curvas, pero hay que aclarar que es una característica cada vez menos exclusiva. Es por esto que Xiaomi logra un increíble éxito con la pantalla sin marcos que rompe totalmente con el esquema estructural que los consumidores tenemos de un teléfono y que se implanta justo en el momento cuando muchos consumidores ya estaban empezando a mirar al horizonte en búsqueda de novedades.
Esto no significa que Samsung vaya a dejar de vender pantallas curvas, sólo significa que ya no lidera el mercado de las novedades en los diseños de los dispositivos, a la vez que demuestra el ascenso rapidísimo que Xiaomi está realizando para pasar de ser una marca secundaria hasta posicionarse favorablemente para codearse con los chicos grandes del barrio.
Ventajas
El hecho de que elementos secundarios del móvil, como pueden ser el auricular de llamadas, la cámara de las selfies o el flash, se vean destacados por un marco diferente a ellos no es un problema en los teléfonos sin marcos. Nos encontramos frente a dispositivos que concentran el frontal de sus estructuras con la presencia solitaria y predominante de contenido visual.
Mejor visualización
De esta explicación se desprende que una de las ventajas de las pantallas sin marcos es que la concentración se ve sumamente incrementada en el contenido reproducido en la pantalla, a la vez que aumenta la precisión operativa al no haber marcos que alejen los dedos de las zonas de tacto interesantes en el momento del uso.
Por otro lado debemos destacar que las pantallas sin marcos son terminales realmente cómodos al momento de visualizar y tomar fotografías así como para jugar videojuegos que se ajustan a la pantalla del dispositivo sin ningún inconveniente.
La optimización de la jugabilidad en estos dispositivos es también una consecuencia derivada de la reducción del cuerpo del aparato, es decir, visualmente se nos crea un efecto de crecimiento.
La explicación a este efecto es muy simple: estamos acostumbrados a pantallas que no llegan a los bordes del aparato, cosa que hacía parecer las pantallas más pequeñas de lo que realmente son. Ahora, al eliminar los marcos, nuestra costumbre nos hace ver pantallas que sí llegan a los bordes y, por tanto, la primera interpretación de esto es que el terminal visual ha crecido tomando el lugar de los marcos.
Claramente, esto no es así. Las pantallas, y siendo más precisos, el terminal LCD que da la imagen sigue siendo de los mismos tamaños de siempre, el cambio en estos dispositivos es que los marcos se eliminan para poder contraer el dispositivo más aún teniendo como resultado terminales de dimensiones menores.
Mejores estructuras
Los terminales de este tipo alcanzan estructuras mucho más compactas y, a excepción de la pantalla, más resistentes. Esto también favorece la facilidad de uso de los terminales, ya que estamos acostumbrados a escuchar personas que se quejan de la dificultad para usar bien los teléfonos debido al grosor de sus marcos.
Por último, la ventaja cuya utilidad queda a valoración de cada usuario es el peso. Los dispositivos sin marcos ahora pesarán muchísimo menos que antes, al punto de que quizás un aparato de 5.5 pulgadas ahora pesará lo mismo que otro de 5.2 con marcos e incluso menos.
Resumen
Podemos decir que las ventajas son una mejor visualización de los contenidos a los que se les presta mayor atención en una plataforma mucho más cómoda para la mano y menos pesada.
Desventajas
Partiendo de una desventaja un tanto anecdótica, cabe mencionar que, como en todos los dispositivos, la reproducción de contenido multimedia como pueden ser series o películas no será preciso ya que estos contenidos no se ajustan a la pantalla, de manera que seguirán habiendo franjas negras en los bordes para mantener una imagen centralizada y con proporciones coherentes.
Delicadeza
Ahora, partiendo por la desventaja más importan y la más clara, nos encontramos la fragilidad de la pantalla. Obviamente la eliminación de los marcos y la expansión de la pantalla hasta los bordes la desprotege frente a cualquier amenaza.
Lo que podría considerarse un empeoramiento de esta desventaja es que normalmente estos terminales utilizan la presencia de materiales de protección como el Corning Gorilla Glass o similares como un seguro frente a las caídas y otras amenazas. Pero seamos sinceros, esos materiales no son tan buenos como los describen.
Es por ello que si ya con terminales con marcos, estamos acostumbrados a tener amigos con pantallas que parecen hechas para rallar queso, con la introducción en masa de estos tipos de pantalla estaremos viviendo una auténtica plaga de cristales rotos.
Tacto aleatorio
Eso de la facilidad del uso, tiene una contraprestación quizás lo suficientemente potente como para considerarla como nula, y es el efecto llamado «Toques fantasma». Esto no es más que el efecto táctil involuntario que hacemos en la pantalla con la palma de nuestra mano cuando intentamos estirar el pulgar para alcanzar el lado contrario de la pantalla.
Esto no tendrá más consecuencias que la de que se abran aplicaciones o funcionalidades que no teníamos previsto poner en marcha. Parece una tontería, pero que se te lancen, accidentalmente, aplicaciones cuando estés mandando algún mensaje o mirando un contenido urgente es de lo más molesto que hay.
Sujeción nula
Otra desventaja clara de la eliminación de los marcos es la maniobrabilidad del dispositivo. De hecho, esto se enlaza con el «toque fantasma» ya que con los marcos, teníamos un pequeño margen al que agarrar el dispositivo con seguridad, incluso montando un poco la palma de la mano.
La eliminación de los marcos nos obligará a sujetar el teléfono por los lados, disminuyendo la superficie de agarre si no queremos ejecutar órdenes de manera accidental. El problema es que la eliminación de los marcos conlleva también la reducción del grosor del dispositivo. Es decir, a día de hoy, nuestro teléfonos ya difícilmente llegan al centímetro de grosor, si lo reducen aún más y si tenemos que sujetarlo por los lados, ¿Por dónde sujetamos el teléfono?.
Por último, llega el sacrificio de la autonomía. Sin duda habrá fabricantes que en vez de disminuir el tamaño de los dispositivos, lo mantendrá favorablemente para la colocación pantallas realmente más grandes. El problema es que eso repercute en el rendimiento de la batería pues el consumo energético será muy superior. La solución a esto sería engordar el móvil para instalar baterías de mayor capacidad, pero claro, eso induciría a los fabricantes en mayores costes de diseño y desarrollo que, siendo objetivos, no debemos de esperar.
Muchas ventajas, pero también muchos inconvenientes, al final hay que cuestionarse si la obtención de un terminal mucho más vistoso justifica y compensa el aumento de la fragilidad y dependencia del mismo.